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(VI parte) REFORMA MUNICIPAL Y CALIDAD DE LA DEMOCRACIA (ICHEM)

EL SEGUNDO CICLO DESCENTRALIZADOR. Descentralización y desconcentración son medios y no fines. Por sobre todo, para lograr una verdadera reforma municipal se necesita un cambio de enfoque, el que solo será posible cuando las autoridades locales cuenten con recursos humanos calificados, ya que sin ellos, simplemente no hay soluciones duraderas y efectivas. El segundo ciclo de reformas y una democracia de calidad no se puede lograr sin una profunda reforma municipal, ya que sin ella no se puede enfrentar de forma eficiente los temas sociales y de igualdad de oportunidades. En otras palabras, no se puede lograr de arriba hacia abajo, sino que de abajo hacia arriba. Para este objetivo el Estado tecnocrático no sirve, ya que solo es útil uno participativo, que se abra a recoger, sin arrogancia alguna, los aportes de todos los ciudadanos, que por lo demás, gracias a las nuevas tecnologías cuentan hoy con tanta información y al mismo tiempo que muchos entes gubernamentales. Al respecto ¿qué pasaría si la Ley de Presupuesto traspasara responsabilidades de gasto social que benefician a los mas pobres directamente a instituciones de beneficencia?. A mi juicio, el resultado sería seguramente uno mejor, con gasto más focalizado y menos burocrático y con niveles más bajos de corrupción. Esta institucionalidad es la que debe permitir una reforma de segunda generación, es decir, la reforma del Estado mismo y el traspaso de responsabilidades parciales a la gente. El punto de fondo es que nada de lo dicho es posible sin la reforma municipal, ya que es el socio natural de la sociedad civil. Si los incentivos son los correctos y si se incorpora suficiente materia gris y capacitación al sistema, se podrían resguardar mejor los recursos públicos cuando hay tanta preocupación acerca de la corrupción, ya que nadie conoce mejor donde están los problemas. En otras palabras, la alianza público-privado no solo tiene una dimensión de inversión económica, sino que a nivel social, se manifiesta en una relación entre el municipio y los líderes comunitarios. Por cierto que también existe corrupción en los municipios, pero el sentido común dice que su identificación es más fácil. Las reformas de segunda generación deben partir de la base que son los ciudadanos quienes financian al Estado y por lo tanto, pueden y deben ser lo suficientemente críticos como para pretender que cada peso que el contribuyente entrega en impuestos, sea devuelto valiendo al menos lo mismo en servicios. La reforma debe permitir que en el plano municipal exista una nueva mirada, ya que la medición no debiera hacerse solo en términos de bienes y dineros, sino también y en forma importante, en términos de valor social y comunitario. Por cierto que estas reformas y una democracia de calidad requieren de líderes , a la vez con visión y con una misión. Un buen líder es aquel que es capaz de ver lo que la mayoría no ve. Chile no cuenta hoy con un sistema político con la capacidad de premiar y reconocer a esos líderes. Sin embargo, en los municipios ello se puede conseguir antes que en el Congreso o en el ejecutivo. Si se pretende un segundo ciclo descentralizador jamás hay que olvidar a los funcionarios, ya que en toda reforma hay ganadores y perdedores. Estos últimos necesitan ser compensados, no solo para efectos de la paz social, sino también para que las reformas no se vean inmovilizadas. El argumento es que toda reforma se hace mejor y mas rápido con la participación de los involucrados, los que no deben sentir temor. Para lo anterior, se necesita un Estado no solo más moderno, sino también más humilde, en el que los gobernantes de turno no crean tener todas las respuestas. El mundo ha cambiado. La pregunta es si lo ha hecho el Estado. Que este tenga el derecho a cobrar impuestos no le debiera permitir entregar cualquier servicio, siendo al respecto injusto que se penalice el no pago de impuestos, pero que la legislación no permita rechazar malos servicios públicos. Ello si que sería un cambio de gran profundidad para una democracia de calidad, que puede partir por los municipios antes que en ningún otro lugar público. LOS CRITERIOS PARA LA REFORMA. ¿Cuáles serían entonces los criterios para los cambios que permitirían la reforma municipal? En primer lugar, que toda reforma requiere de líderes, los que deben crear una cultura de cambio y de responsabilidad. En segundo lugar, que la reforma necesita de gente prestigiosa, preparada y bien remunerada. En tercer lugar, que cambios anteriores han sido consecuencia de situaciones muy diferentes (crisis económica, autoritarismo, retorno a la democracia). Es obvio que es más difícil hacer cambios cuando no es tan evidente su necesidad. En otras palabras, el Estado debe ser capaz de anticiparse estratégicamente a las crisis, incluyendo la propia. Por lo demás, existiendo holgura y superávit fiscal en el Chile de hoy, la reforma no tiene necesidad de ser sinónimo de ajuste. En cuarto lugar, quienes administran el Estado no deben adueñarse de el, ya que nos pertenece a todos, por lo que el reencantamiento en los temas públicos solo se va a lograr a través de la reducción de las distancias entre el poder y la sociedad. En quinto lugar, conjuntamente con el bicentenario, Chile necesita un nuevo horizonte, una meta de país y estrategias para ser seguidas en forma constante. Se ha hecho con éxito en lo económico y en relación a la inserción en la globalización. Falta hacerlo en relación a lo social y al poder local. Ese es el instrumento que proporcionan las reformas de segunda generación , las que se inician con una reforma profunda del sistema municipal. CONCLUSIÓN. La reforma municipal implica varias cosas. Primero, repensar el concepto del Estado unitario. Segundo, revisar el resultado de los procesos de municipalización y regionalización anteriores. Tercero, revisar el número de municipalidades, las que pueden disminuir o aumentar, ya que no hay evidencia que el actual sea el número ideal. Cuarto, modernizar ampliamente la gestión, la que no es en general lo suficientemente buena. Quinto, revisar el financiamiento, es decir, la relación entre gastos e ingresos; y en sexto y último lugar, repensar el tema de los recursos humanos y las plantas funcionarias. La reforma municipal no solo pasa por la modernización de la organización municipal, sino también por una mayor equidad territorial y sobre todo, por abordar el tema del poder y la autonomía municipal. Lo anterior es clave para una democracia de calidad, ya que el contacto esporádico de los ciudadanos con la política se genera por intermedio de elecciones periódicas. Sin embargo, el contacto diario y cotidiano es a través de los servicios del Estado: el sector público en general, y sobre todo, el municipal, ya que sobre todo para los más humildes, el adecuado funcionamiento de las municipalidades es clave para su calidad de vida y de sus familias. Chile necesita avanzar mucho en su proceso de modernización local, ya que no hay seguridad acerca del número ideal de regiones y municipios. Así, por ejemplo el año 2006 el Congreso aprobó la creación de dos nuevas regiones, mas por razones políticas resultado de promesas electorales, que de un estudio serio. ¿Porqué esas dos y no otras?. ¿Porqué las regiones pasaron a ser quince y no menos o más?. Decisiones de este tipo tienen que ver con el prestigio de la democracia, ya que una resolución pública sin política es tecnocracia mientras que la política sin debate informado es simple demagogia. NOTAS. (1) Bases Técnicas y Políticas de la Propuesta de Reforma Municipal de la Asociación Chilena de Municipalidades. Documento No Oficial de Información de la Dirección de Estudios de la Asociación Chilena de Municipalidades, Santiago, 2006, p. 1. BIBLIOGRAFÍA. ---Asociación Chilena de Municipalidades, Propuesta de Reforma Municipal, Santiago, 2006. ---SUBDERE , Democracia Regional y Local, Ministerio del Interior, Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, 2000. ---CENDA, Elementos para un programa de Reforma Municipal, Santiago, 2006. ---Cox, Cristián (ed) Políticas Educacionales en el Cambio de Siglo. 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